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20.2.12

Date un respiro

Aunque estar conectado permanentemente al correo electrónico puede ser una ventaja para los trabajadores de oficina, esto puede llegar a convertirse en una tortura, ya que los usuarios suelen llevarse el trabajo consigo y acabar haciendo demasiadas horas extra. Y es que estudios revelan que muchos se convierten en adictos al trabajo debido a la capacidad de recibir y enviar mensajes de correo electrónico, incluso cuando están en casa.

Es importante para el personal pasar tiempo de calidad fuera de la oficina, con la familia, o la realización de actividades recreativas en lugar de aprovechar para responder a mensajes de correo electrónico del cliente.

Los jefes no deberían alentar al personal a trabajar desde su casa a menos que sea absolutamente necesario. Es más, deberían informar a sus empleados que deben limitar el trabajo desde el hogar. Incluso si están contentos con trabajar fuera, los empleados serán menos productivos durante la jornada laboral.

La crisis nos ha obligado a todos a ser más productivos y para los que tienen acceso a un trabajo en casa, esta es una oportunidad para ponerse al día o salir adelante. Con el correo electrónico, los empleados con teléfonos inteligentes son capaces de responder mucho más rápido y también pueden irse preparando para el día de trabajo que tienen por delante, al comprobar su correo electrónico lo primero. Pero los empleados deben ser alentados a tomar pausas adecuadas de descanso. Tener un empleado bien descansado, con un correcto balance entre vida y trabajo, es mucho más útil que un empleado cansado que trabajó demasiadas horas la noche anterior.

6.2.12

Relaciones sentimentales en el trabajo

La mezcla entre la esfera personal y la profesional todavía se sigue viendo con cierto recelo en algunas empresas, pero con todo: un 30 por ciento de trabajadores estaría dispuesto a tener una relación sentimental en el trabajo (proporción que sube hasta el 38 por ciento si se descarta a los jefes de entre los candidatos). Las mujeres (el 51 por ciento) se muestran algo más partidarias que los hombres (49 por ciento) a la hora de entablar una relación sentimental con un compañero laboral. Pero donde hay más diferencias es en función de la edad: los jóvenes de entre 26 y 44 años (68 por ciento) son los que más entusiasmados se declaran a la hora de encontrar el amor en el trabajo, mientras que los profesionales de mediana edad presentan un porcentaje del 23 por ciento. Los menos partidarios son los mayores de 45 años (9 por ciento). El nivel de formación también sugiere cambios a la hora de tomar una decisión de estas características: a mayor nivel de estudios (12 por ciento), menor intención de buscar una relación sentimental en ese ambiente. La intención de tener una relación en los profesionales con una formación más baja sube hasta el 33 por ciento y en el personal con bachillerato o formación profesional hasta el 55 por ciento.

Todas estas pautas permiten diseñar el perfil de la persona dispuesta a tener una relación sentimental en el trabajo: mujer, de entre 26 y 44 años y con una formación educativa de nivel medio.

2.2.12

Una actitud positiva ante la vida por parte del trabajador contribuye al éxito de la empresa

Mantener una actitud positiva ante la vida suele entenderse como una forma inteligente de enfocar el día a día. En el trabajo, esta actitud cobra particular importancia debido a que las personas que imaginan a sus compañeros de una forma positiva, es decir, competentes, inteligentes y capaces desempeñan una labor más productiva y eficiente. Por otra parte, la forma en que se percibe a los otros en el entorno laboral puede identificar también la actitud personal en la vida real. Así, si un trabajador tiende a percibir a los demás valorándolos de forma positiva, esto indica que su manera de entender el mundo en general también tiende a ser optimista.

Los seres humanos reflejan sus debilidades en el prójimo. Un empleado vago o incompetente tendrá la misma percepción del resto de sus compañeros de trabajo, con lo que será difícil que exista un ambiente de motivación y persecución de objetivos dentro del equipo.

Lo mismo sucede entre la relación jefe-subordinado. Si un gerente siente que sus empleados son perezosos, difícilmente sentirá que puede lograr objetivos comunes con ellos dentro del equipo. Del mismo modo que si el jefe se siente poco valorado por sus empleados, le costará encontrar la manera de motivar a personas que no creen en su capacidad de liderazgo.

Estudios señalan que aquellos que muestran una actitud proactiva o se recuperan fácilmente de los erroros cometidos son más felices y más productivos tanto en su vida real como en su trabajo.