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17.11.11

¿Comercia la Tierra con seres extraterrestres?

En teoría, el balance por cuenta corriente (diferencia entre exportaciones e importaciones) de la Tierra debería ser igual a cero. O lo que es lo mismo, que todo lo que se vende en el mundo es porque hay alguien que va y lo compra. Pues resulta que no, la paradoja es que el planeta exporta 331.000 millones de dólares más de lo que importa.

La estadística y sus márgenes de error, o más bien la escasez de información rigurosa por parte de los gobiernos del mundo, hacen pues que sospechemos (tal y como publica el semanario británico The Economist) que nuestro planeta esté exportando productos a extraterrestres capitalistas y deseosos de poseer nuestros bienes y servicios. El propio semanario titula su artículo ‘Exportaciones a Marte’.

El caso es que las cifras que ofrece el informe anual del World Economic Outlook (WEO) del FMI (Fondo Monetario Internacional), arrojan un inquietante balance de importaciones y exportaciones. El cómputo total de las compras y ventas de los diferentes países y regiones del mundo. Y los datos son los mencionados arriba. Al menos así fue el año pasado (siempre según los datos del WEO). Sus previsiones son que este balance (exportaciones menos importaciones de bienes y servicios, ingresos netos de inversiones, remesas de trabajadores y otras transferencias) arroje un saldo positivo de 700.000 millones de dólares en 2014. Podríamos decir que pensamos incrementar nuestras relaciones comerciales con los marcianos, pues. El propio The Economist se pregunta si es que "¿estarán los extraterrestres comprando bolsos Louis Vouiton?" Si a esto le añadimos que el mundo mantuvo un persistente déficit por cuenta corriente (menos exportaciones globales que importaciones) durante tres décadas hasta 2005, el panorama se vuelve todavía más inquietante. En 2001, según los datos del FMI, el déficit fue equivalente al 0,5% del PIB mundial, pero para 2014 las previsiones del FMI implican un superávit del 0,8% del PIB. Con estos datos, podríamos llegar a pensar que hasta el año 2005 comprábamos a los extraterrestres bienes y servicios, y ahora somos nosotros los que les vendemos a ellos nuestros productos y servicios de consumo. ¿Qué está pasando realmente?

El problema no es que nos invadan los marcianos, sino que existen mediciones erróneas de las balanzas comerciales. Según el estudio, el comercio internacional de servicios financieros, jurídicos, de seguros y consultoría es difícil de medir. En cuanto al comercio de mercancías, existe un desfase de medición que explica también este error de cálculo. Es debido al transporte. Por ejemplo, lo que China exporta a Estados Unidos en diciembre, sale del país asiático en el último mes del año, pero no llega a su destino hasta enero. En cualquiera de los casos, estas explicaciones por si solas no son respuesta suficiente para la abultadísima diferencia entre importaciones y exportaciones que registra el FMI dado que el crecimiento del comercio ha caído a plomo desde 2007.

La sobrevaloración de las importaciones y la subvaloración de las exportaciones por parte de multinacionales norteamericanos -que trataban de sortear el pago de impuestos- provocaría que el déficit por cuenta corriente sería menor al oficial. Pero habría que aumentar y no disminuir la discrepancia de la balanza comercial global. Y es que, la sobrefacturación o subfacturación del comercio internacional por parte de las empresas multinacionales también se emplea para esquivar controles de capital. A menudo, los países emergentes subvaloraban los beneficios obtenidos en sus exportaciones y sobrevaloraban el coste de sus importaciones con el objetivo de obtener beneficio de países como China. Claro que ahora, con la floreciente economía china y la apreciación esperada del Yuan, los exportadores tienen más incentivos para las exportaciones con el fin de atraer divisas a su país.

Para comprender estas diferencias globales en los balances hay que encontrar el error de cálculo. Las estadísticas comerciales de los países ricos son más fiables que las de las economías emergentes, como hemos visto, donde la recopilación de datos es deficiente. Si la mayoría de las magnitudes corresponden a países emergentes, el total del balance comercial es probablemente mucho menor que el oficialmente reconocido.

Los errores de medición pueden haber llegado por la subestimación de las ganancias de las firmas extranjeras y los maquillados flujos de capital inflados por la divisa china. Con todo, la buena noticia es que estos errores de medición cada vez preocupan a menos, y no es un problema "acuciante" para los países. La mala noticia es que estos errores se han convertido en algo convencional que hacen desconfiar de los datos y las estadísticas poco fiables conducen a errores políticos.