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19.10.11

Jóvenes: La generación perdida

Una generación marcada por la crisis económica, que sufre altas tasas de desempleo, que alcanzó el 12,7 por ciento el año pasado a nivel global, y por la generalización del trabajo precario.

La inactividad prolongada de esta generación no sólo provoca malestar social, sino que puede tener consecuencias a largo plazo en términos de salarios más bajos y desconfianza en el sistema político y económico.

El número absoluto de jóvenes desempleados disminuyó levemente en 2010 respecto al pico alcanzado en 2009, al pasar de los 75,8 millones a 75,1 millones, lo que equivale a una tasa de desempleo del 12,7 por ciento.

Son preocupantes los datos sobre desempleo juvenil de larga duración, especialmente en las economías desarrolladas. Estos datos llegan a casos extremos en países como Eslovaquia, Grecia, Italia, Gran Bretaña o España, donde los jóvenes presentan entre dos y tres veces más probabilidades de verse afectados por el desempleo de larga duración que los adultos.

En el caso de España, el porcentaje de desempleo juvenil en 2010 se situó en el 41,6 por ciento y, de entre estos, la tasa de larga duración alcanzó el 14,6 por ciento, siendo ambas cifras las más altas en el conjunto de las economías desarrolladas.

Para 2011, los pronósticos apuntan a que la cifra de jóvenes desempleados a nivel mundial disminuya a 74,6 millones, lo que supondrá una tasa del 12,6 por ciento. Sin embargo, se atribuye ese leve descenso al hecho de que cada vez más jóvenes se retiran del mercado laboral, más que a su incorporación al mismo, sobre todo en las economías desarrolladas y la Unión Europea.

En el mundo hay más jóvenes que son trabajadores pobres que jóvenes sin trabajo que buscan empleo. En Oriente Medio y África del norte, en los últimos veinte años, el 25 por ciento de los jóvenes ha estado desempleado.

A la luz de estos datos, no queda otra que los gobiernos inviertan en desarrollar una estrategia integral de crecimiento y creación de empleos, con especial atención en los jóvenes, así como mejorar las condiciones de los mismos e invertir en educación y formación de calidad.