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20.4.09

¡Gran oportunidad! ¿Quieres una mansión de auténtico lujo por 99 euros?

Los austriacos han descubierto un método magnífico para vender sus casas: la lotería de casas. Un ejemplo: recientemente se pusieron a la venta 9.999 boletos de lotería en la red Internet, a un precio de 99 euros cada uno. En apenas unos días se consiguieron vender todos los boletos. La transferencia de dinero y los anticipos se controlaron a través de un solicitante, y el ganador recibió la grata información cuando se encontraba en el dentista.

Una venta inmobiliaria a través de la lotería es legal en Austria siempre y cuando el anticipo esté limitado a un solo artículo.

Stanislaus Kogoj es propietario de una bonita mansión al sur de Carinthia, valorada en 1,2 millones de euros y situada cerca del Lago Klopein, famoso por la excelente calidad de su agua, enclavada en un espectacular paraje natural. Kogoj piensa que una vivienda de 400 metros cuadrados de espacio habitable es demasiado grande para él y que por eso podría darle una oportunidad a la gente que siempre ha deseado tener una casa pero que nunca ha tenido dinero para comprarla.

Desde luego, la propiedad sorteada es llamativa. Está rodeada por campos, tiene un tamaño de 1.389 metros cuadrados, posee una piscina exterior, sauna finlandesa, ducha de vapor, cabina de rayos UVA, invernadero con jacuzzi. Además de algunos extras, como tres automóviles que se adjudicará el ganador de la rifa: un Nissan Murano, un Ford Galaxy y un Legier BeTwo. Los impuestos y tasas los pagará Kogoj, quien también pagará los gastos de utilización hasta el año 2010.

Si deseas conseguir más información y boletos en múltiples idiomas (español, alemán, inglés, eslovaco, italiano, francés, checo, portugués, holandés) visita la página web y mucha suerte.

15.4.09

Se desata la locura en EE.UU. donde ya te cobran impuestos (literalmente) hasta por salir a la calle

La pujante caída en las recaudaciones fiscales unida al excesivo gasto público ha situado a los gobernadores y alcaldes estadounidenses en una complicada situación. Los agujeros presupuestarios se suceden en las cuentas de las administraciones y el gigantesco plan de estímulo del presidente Obama no llega para tapar los problemas presupuestarios de las administraciones locales. Una situación que ha llevado a numerosos estados a inflar la recaudación de impuestos aplicando una suerte de ingeniería fiscal que da auténtico pavor.
Así, por ejemplo, en Winter Heaven (Florida), el ayuntamiento ha comenzado a cobrar impuestos a los conductores que tienen un accidente. Se trata de una iniciativa que ya han puesto en marcha doce ciudades del país. El diario 'The New York Times' describe el caso de Shirley Kimel, gerente de 67 años de edad en una tienda de muebles que tuvo un pequeño accidente con su auto. Fue sorprendente, cuenta Shirley, lo rápido que se presentaron en el lugar de los hechos la policía y los bomberos. Pero su sorpresa fue todavía más grande cuando unos días después, le llegó una carta del Ayuntamiento en la que le comunicaban que había sido sancionado con una multa de 316 dólares para cubrir los costes del accidente. Costes de limpieza de la vía así como del servicio de Bomberos y de Policía. "¡Yo pensaba que este tipo de cosas estaban cubiertas con mis impuestos!". Esta medida trata de trasladar a los conductores el gasto que genera la atención de un accidente y la limpieza del mismo. La administración confía en que el implicado, o bien su aseguradora, termine pagando.
Con la economía en recesión y los presupuestos en entredicho, los gobernadores estatales y locales están comenzando a poner en marcha la creatividad fiscal para aumentar la recaudación. Esto se traduce en la directa invención de tasas e impuestos nuevos de todo tipo y calaña. Una auténtica locura como la propuesta del alcalde Adrian M. Fenty, de Washington, que quiere cobrar 4,25 dólares al mes a los usuarios de la vía pública. El impuesto se llamará "streetlight user fee", que traducido al español significa "impuesto sobre el uso de la luz de la calle". La intención es la de sufragar los gastos de funcionamiento y mantenimiento del alumbrado público de la ciudad. Pero hay más.
Un nuevo impuesto propuesto por el gobernador de Wisconsin, James E. Doyle, tiene como intención aplicar una tasa en los mataderos sobre cada uno de los animales sacrificados.
En Ohio, su gobernador propone un presupuesto con más de ciento cincuenta subidas de impuestos y nuevas tasas. Entre estas innovaciones se incluye la de multiplicar por cinco el coste de renovar la licencia de propiedad de cabezas de ganado. También han subido de manera indiscriminada las tasas de registro de vehículos, la de los certificados de nacimiento o la recogida de basuras. A los grandes propietarios, los vendedores de cigarrillos y los hospitales también se les aplicarán nuevos y costosos tributos.
En Nueva York también se apuesta por la creatividad tributaria. En esta ocasión son los bolsillos de los conductores los que están en el punto de mira. Así, según una reciente norma, todos los conductores que aparquen el coche cerca de una escuela y dejen el motor en marcha durante más de un minuto, serán multados con cien dólares.
El caso neoyorkino resulta llamativo. Su condición de capital mundial de los negocios ha reportado importantes beneficios en impuestos sobre las rentas de inversión a lo largo de los años. La crisis económica y bursátil, con miles de millones de dólares en pérdidas, se han visto acompañadas por un éxodo de cerca de dos millones de sus ciudadanos que han abandonado la urbe en busca de paisajes más verdes. Sólo desde el pasado mes de agosto, esta ciudad ha perdido más de 75.000 trabajos y contempla las peores perspectivas económicas de los cincuenta estados. Y es que NY compite por ser la ciudad estadounidense con impuestos más elevados.. Una carrera en la que pugna no sólo con Ohio, Washington o Wisconsin, ya que estas locas iniciativas también están floreciendo en Oregón, Illinois, Nueva Jersey o Arizona donde la Junta de Supervisores, en el condado de Pima, ha propuesto un surtido aumento de impuestos. Entre ellos, se incluye el incremento en las tasas aplicadas a las pruebas de detección del VIH (sida).

14.4.09

Coca Cola vs. Pepsi Cola (¿condenados a odiarse?)

El segundo mayor fabricante de refrescos del mundo, PepsiCo, ha demandado a su eterno rival, Coca-Cola, acusándolo de mentir en un anuncio sobre las cualidades de las bebidas energéticas que ambas compañías fabrican.
El grupo estadounidense PepsiCo es fabricante, entre otros refrescos, de Gatorade, una bebida pensada para deportistas y que compite con Powerade, fabricada por Coca-Cola para el mismo perfil de consumidores.
En una demanda interpuesta en un tribunal de Nueva York a través de su división Stokely Van Camp, PepsiCo acusa a Coca-Cola y a su unidad Energy Brands de que en una campaña publicitaria difundida durante las últimas semanas se asegura que la última versión de Powerade es "una bebida completa para deportistas". En cambio, en el mismo anuncio se asegura que Gatorade "carece de dos electrolitos" (magnesio y calcio) y que por tanto es "incompleta". En el anuncio se puede leer: "No te quedes con una bebida deportiva incompleta", en referencia a Gatorade.
PepsiCo ha señalado en un comunicado que "se puede encontrar más concentración de calcio y magnesio en muchas aguas de grifo" que en la bebida fabricada por Coca-Cola. Por ello, la queja interpuesta afirma que Coca-Cola ha practicado "publicidad falsa, un uso no autorizado de la marca que la devalúa, actos y prácticas engañosas, daño a la reputación de un negocio y competencia desleal", según la legislación estadounidense que regula esta actividad y que permite la publicidad comparativa.
PepsiCo reclama al juez que detenga la campaña de Coca-Cola, ya que a su juicio no hay pruebas científicas de que Powerade sea mejor que Gatorade, la bebida que domina ampliamente el mercado estadounidense de las bebidas para deportistas.

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10.4.09

La gente ya imprime su propia moneda para superar la crisis

Un pequeño pero cada vez más creciente grupo de comunidades sociales de los Estados Unidos está imprimiendo su propio dinero para superar la escasez de dólares. No es algo nuevo. Toman prestada la idea de la época de la Gran Depresión de 1929 para así mantener el consumo y evitar las quiebras en los comercios. Y no solo es propio de allí, también se ha hecho, por ejemplo, en España durante la Guerra Civil o en la actualidad en algún pueblo de Reino Unido.
El sistema es simple: los pequeños empresarios y los particulares crean una red monetaria con su propia divisa e imprimen los billetes para ser empleados en los pequeños comercios. Las tiendas los compran (pagando con dólares y un pequeño descuento del 5 por ciento) y poco a poco los van introduciendo en el tejido económico de la región donde operen.
De momento ya existen una docena de comunidades que emplean sus propias monedas locales pero se espera que esta iniciativa se extienda a más regiones del país norteamericano. Esto refuerza el mensaje de que si se mantiene el control de la economía en manos locales existe una mayor protección a los bandazos que dan los mercados.
Detroit es uno de los lugares donde se está produciendo este fenómeno. No es de extrañar, a tenor de la difícil situación que viven los ciudadanos de la ciudad que, hasta hace unos meses, era la cuna del sector automovilístico con una población empleada, en su mayor parte, en las fabricas de coches que han quebrado. Aquí, tres empresarios han comenzado a poner en circulación los Detroit Cheers, una moneda local que puede usarse en doce tiendas.
En el oeste de Massachusetts, también se ha implantado. Allí se ha fundado Berkshares que aplica este método: un comprador va a uno de los doce bancos y paga 95 dólares de la Reserva Federal a cambio de 100 dólares de Berkshares, que pueden ser gastados en 370 negocios de la región. Desde su comienzo en 2006, el sistema ha generado una circulación monetaria de 2,3 millones de estos nuevos dólares.
Por ley, este dinero no puede parecerse lo más mínimo a los billetes de dólar. Además, el empleo de este dinero no está exento de impuestos; y el IRS, semejante al Departamento de Hacienda, se encarga de que todo el mundo esté al día con sus responsabilidades fiscales.

8.4.09

La ayuda que mata

'Dead Aid' es el título de un libro de la economista africana Dambisa Moyo que controvertido como ninguno no dejará indiferente a nadie que lo lea, y mucho menos si el que lo descubre es alguno de los muchos economistas de pensamiento neokeynesiano que inundan el análisis actual sobre las soluciones para salir de la crisis económica. Nacida y criada en Zambia, y con una carrera profesional que la llevó a trabajar durante una década en el Banco Mundial y en Goldman Sachs, la economista realiza en su libro un estremecedor recorrido por los países del África negra y su principal enfermedad: los dirigentes corruptos que lo único que tienen que hacer para permanecer en el poder es cortejar y ofrecer sus servicios a los donantes extranjeros.

En él, su autora rechaza las críticas a Occidente de personajes tan mediáticos como Bono, el cantante de U2, o Bob Geldof, que se han caracterizado por pedir ayudas directas al continente africano para que pueda salir de la pobreza extrema en la que está inmerso. La tesis principal del libro es que la ayuda de los países occidentales está matando a África. Una vez superado el rechazo inmediato que genera este argumento en nuestras mentes inundadas por el pensamiento progresista políticamente correcto la economista africana justifica su enfoque con muy sólidos argumentos abogando por detener las ayudas económicas a los países africanos, excepto en caso de calamidades o catástrofes puntuales (como sucede cuando hay un terremoto o una sequía en el primer mundo), dejando que el continente construya una economía propia en el curso de los próximos cinco años.

El principal argumento de la economista para abolir la actual estructura de ayudas es que la mayoría de gobernantes africanos siguen en sus puestos porque el dinero sigue llegando desde Occidente. Los responsables políticos (en su mayoría tiranos o dictadores disfrazados de demócratas) no están obligados a mantener y mejorar las infraestructuras de sus países respectivos, porque se da por hecho que no tienen capacidad para ello. De esta forma, los dirigentes africanos no tienen responsabilidad alguna de lo que pasa y pueden seguir empleando el dinero en lo que les parezca oportuno, siempre ligando el gasto a su beneficio personal. En cuanto a los habitantes, sólo pueden sobrevivir gracias a la caridad, no aportan nada a las economías de los países y carecen de la mentalidad adecuada para exigir a sus gobernantes que cumplan con sus deberes.

Cincuenta mil millones de dólares llegan cada año a África de ayuda internacional y aún se ve la evidencia abrumadora que demuestra que esta ayuda ha hecho más pobres a los pobres. Además, el crecimiento es muy lento y deja a los países Africanos más endeudados, más propensos a la inflación, más vulnerables a los cambiantes mercados financieros, y son poco atractivos para recibir inversión extranjera. Por este motivo, crece el riesgo de conflictos civiles y disturbios. La economista afirma que la ayuda es un desastre absoluto, tanto en lo económico como en lo político y humanitario, por lo que debería terminar e introducir alternativas.

Durante los últimos sesenta años, se han transferido desde los países ricos a África miles de millones de dólares en ayuda al desarrollo. Sin embargo, la renta per cápita hoy es menor de lo que lo era en los años 70, y más del 50 por ciento de la población (350 millones de personas) vive con menos de un dólar diario, una cifra que casi se ha doblado en dos décadas.

Hasta el victimismo de algunos colectivos africanos es denunciado en la obra de Dambisa Moyo. Así, explica como China tiene una población de 1.300 millones de personas y sólo 300 millones viven con estándares occidentales de vida. "Hay 1.000 millones de chinos que viven en condiciones por debajo de ese estándar. ¿Conoce usted a alguien que esté preocupado por China? A nadie”. "Hace cuarenta años, China era más pobre que muchos países africanos. Sí, hoy tienen dinero, pero ¿de dónde ha venido el dinero? Ellos han construido (ese desarrollo), han trabajado muy duro para crear una situación en la que no dependen de la ayuda humanitaria”, añade Moyo.

Y para quienes la califiquen de tremendista, en un artículo publicado por el rotativo británico 'The Independent', Moyo abre una puerta a la esperanza de África en medio de la crisis financiera internacional: “La cura a la ceguera que provoca la ayuda humanitaria a África se encuentra precisamente en la crisis del crédito. Estos tiempos de oscuridad económica suponen una oportunidad para que África demuestre que finalmente puede contribuir de forma significativa a la economía mundial, en lugar de claudicar y ser vista como una carga para ella de forma indefinida".

2.4.09

Tuitter, Facebook... Su uso moderado en el trabajo aumenta la productividad

Según un estudio llevado a término por el departamento australiano de gestión y márketing de la Universidad de Melbourne y liderados por el profesor Brent Coker, las personas que navegan en el trabajo por placer, con un límite de menos del veinte por ciento del tiempo total que pasan en la oficina, se concentran más y mejor que aquellos compañeros que no lo hacen. Esta tendencia, conocida como WILB ('Workplace Internet Leisure Browsing'), engloba la búsqueda de información sobre productos, leer sitios de noticias, entrar en páginas de juegos en línea, ver vídeos en YouTube o visitar los perfiles de los amigos en las redes sociales. En el estudio han participado un total de trescientos trabajadores, de los cuales siete de cada diez declaraba realizar alguna de estas actividades mencionadas.
La causa del WILB puede ser atribuida al hecho de que las personas no cuentan con una capacidad perfecta de concentración. En este sentido, se apunta que los seres humanos "necesitan dispersarse un poco" y ponen como ejemplo una clase donde la atención del alumno decae pasados unos veinte minutos, pero que vuelve a reestablecerse después de unos instantes de evasión. "Los descansos cortos, como echarle un rápido vistazo a internet, ayuda a la mente a descansar, lo que implica una mayor concentración en los días laborales, y como resultado, aumenta la productividad", afirma el profesor Coker para quien las empresas no siempre tienen la razón cuando deciden bloquear webs para evitar que se pierdan millones en productividad. "No siempre es el caso", añade.
En cualquier caso, el experto advierte que el informe se basa en personas que utilizan internet con moderación, ya que la adicción a la Red provoca el efecto contrario en el buen funcionamiento de la actividad empresarial. "Aproximadamente un catorce por ciento de los usuarios en Australia muestran signos de adición como no tomarse descansos en el momento oportuno, pasar demasiadas horas conectados y enfadarse cuando alguien les interrumpe mientras navegan", explica.

1.4.09

Ciudades fantasma, bancos a la fuga... el caos en Estados Unidos

Publicaba el diario 'NY Times' hace unos días la historia de una vecina de South Bend (Indiana), a quien el banco le embargó la casa en el verano del año 2007. Tras repetidos impagos en las cuotas de la hipoteca, la entidad ejecutó el préstamo embargándole la vivienda a la espera de que saliese a subasta y recuperara el importe concedido. Las autoridades fijaron una fecha para tal subasta. Ya en 2009, más de un año después de que la casa quedara desocupada y a merced de vagabundos, pordioseros y maleantes de todo tipo (vándalos, grupos callejeros...), notablemente deteriorada, el banco le informó que finalmente no se subastaría su vivienda y que podía volver a ocuparla. Esta maniobra -el fenómeno se repite en otras ciudades como Buffalo, Jacksonville o Kansas- es la que da nombre a los "bancos a la fuga". Las entidades financieras huyen de las ejecuciones hipotecarias que practicaron durante el estallido subprime. La razón, los impuestos estatales que ha de satisfacer la entidad por mantener la propiedad de la casa que son mayores que lo que esperan obtener por la venta de la vivienda. Ante esta situación, devuelven la casa al propietario embargado y ya te las apañarás porque aunque pueda parecer que al recuperar tu hogar la suerte te ha sonreído, lo cierto es que en éste -y otros muchos casos similares- las bandas han ocupado pisos, patios y porches dejando la vivienda en un estado totalmente deplorable. Encima, el dueño legítimo tiene ahora que hacer frente a una carga financiera y burocrática adicional que, a menudo, supone un importante quebradero de cabeza y un esfuerzo imposible, más para una casa tan destrozada que ya no merece ni llamarse hogar. Los expertos señalan que este fenómeno de los "bancos a la fuga" -auténtica epidemia actual- prolifera de manera especial en aquellos estados donde las hipotecas se ejecutaron a través de los tribunales y, por tanto, suelen ser más transparentes. Otros estados como Indiana o NY, también han ejecutado las hipotecas por mandato judicial. No obstante, la mitad de los estados de EE.UU. permiten las ejecuciones hipotecarias sin pasar por los tribunales, lo que dificulta calcular con exactitud el número de "bancos que se han dado a la fuga" en los últimos meses.
Estrechamente relacionado con este fenómeno es el otro que constituiría el nuevo capítulo subprime en los Estados Unidos, el de las ciudades fantasma. Es el caso, por ejemplo, de Flint (Michigan) donde todo el centro de la ciudad está repleto de edificios vacíos, llenos de pintadas y con las ventanas y puertas tapiadas. Los bloques de pisos están quemados o a merced de traficantes de droga y okupas antisistema. Ante este panorama, las autoridades de la ciudad han propuesto cerrar estas partes de la ciudad, clausurando asimismo los servicios de policía y bomberos, ya que no vive nadie y son un foco de vandalismo y delincuencia. Una medida extraordinaria e impensable hace menos de un año, según los propios administradores de Flint. Para otros analistas simplemente el alcalde de Flint no se atreve a decir con claridad que pretende arrasar manzanas enteras para eliminar la delincuencia y la podredumbre de esos barrios abandonados. La idea es reducir todavía más la ciudad para recortar el volumen de los servicios municipales y así reducir el gasto de la administración local. Un problema que sufren otras muchas ciudades pues similar propuesta se ha hecho también en Yongstown (Ohio), instando a los vecinos que quedaban en barrios fantasma a que se acercaran a zonas más pobladas y céntricas a fin de poder arrasar los barrios desocupados y poder dejar de prestar servicios de alumbrado, seguridad... La ciudad de Michigan ha perdido, en los últimos tres años, 147 millones de dólares en impuestos a la propiedad. La solución más común entre las propuestas por estas ciudades es la de relocalizar a los pocos vecinos que pueblan esas áreas abandonadas en otras zonas de la ciudad con más población, de manera que el Ayuntamiento pueda proceder a demoler dichos barrios.
Como vemos, la crisis continúa provocando auténticos estragos en Norteamérica donde ya vimos el pasado año cómo se vendían casas a cien dólares e incluso se regalaban, o como cientos de ciudadanos pasaban a agruparse en pequeñas ciudades de tiendas de campaña en algunas zonas de la otrora todopoderosa California comenzando a florecer lo que denominaron "tent cities", concentraciones de tiendas de campaña donde se amontonaban centenares de personas sin techo para simple supervivencia, única salida que les quedaba al embargo de su casa tras el estallido subprime.